jueves, 8 de marzo de 2018

2ª Etapa: 12 de Julio 2017, Marina La Bajadilla (Marbella) - Algeciras 38 millas

 Este es el relato de la segunda etapa. Un Miércoles de Julio que me pude escapar del trabajo.

 Un día extraño como nunca me he encontrado. Comenzaba en el litoral Malagueño y terminaba en la costa Gaditana. 38 millas en el que el punto que mas me separé de la costa fueron 7 millas. Seguía siendo terreno desconocido para mi y además me adentraba en una de las zonas con mas tráfico de barcos. La bahía de Algeciras

 El parte meteorológico daba para este día 12 día sol, brumas y viento flojo de Poniente. Hubiera preferido un pronóstico con mas viento, pero tenía que aprovechar ese día que tenía disponible.
 Para esta etapa me acompañaba mi amigo Antonio de La Cruz. Ya he hablado de él en otras ocasiones. Genio y figura que ya me acompañó con mi anterior barco EOLO en una travesía El Portil  Rota de 60 millas.
 Sus conocimientos náuticos siguen siendo casi nulos, pero para este trayecto ya traía aprendido ciertos términos náuticos y eso para él ya es un gran paso. No tuvo claro hasta ultima hora poder venir conmigo, pero lo que si tenía claro era que haría todo lo posible por no perdérselo.

 La tarde anterior dejamos su coche en el lugar de destino, el Real Club Náutico de Algeciras.
 En la bahía de Algeciras hay varios puertos. En principio mi puerto iba a ser el de La Alcaidesa, pero finalmente elegí el Club Náutico por dos razones. Era mas económico 13,5€ el día frente a los 17€ de La Alcaidesa y además el CN estaba en la entrada de la bahía y de esa manera no tenía que llegar hasta el fondo de la bahía, sólo cruzarla y así también evitar mas tráfico mercante de la zona. Algeciras en uno de los principales puertos de Europa y conexión con el norte de Africa por lo que el tráfico de mercantes y ferrys es tremendo.
 Con mi coche nos fuimos hasta Marina La Bajadilla, un trayecto de 89Km. Allí nos aprovisionamos de bebidas, comida, hielo y sobre todo gasolina. Esta vez no iba a cometer el mismo error de la etapa anterior además sabía que posiblemente me iba a hacer falta provisión de gasolina por que la etapa se presentaba calmada.

 Después de diez días allí estaba en su pantalán. Me volví a encontrar con mis vecinos de barcos a los que saludé con agrado. Como queríamos salir temprano, quise liquidar el importe de la estancia en el puerto pero no hubo manera. La oficina del puerto ya estaba cerrada hasta las 09:00h del día siguiente y el marinero no tenía facultades para cobrar. Esperar hasta las 09:00h era un engorro y te fastidiaba la hora de salida. El marinero llamó al responsable por teléfono pero este no podía venir, menos mal que me hizo el favor de venir al día siguiente a las 08:00h en lugar de las 09:00h
 Nos fuimos a cenar un buen pescado y a dormir.









La mañana amaneció soleada y sin viento. A las 08:30h salíamos del amarre.





 Pablo El Argentino nos despedía y nos deseaba suerte.










Saliendo por la bocana

Adiós a La Bajadilla
El Sol encima de la Torre del Cable


 








Antonio y su inconfundible sombrero

 El viento era totalmente cero, muy típico de los amaneceres en verano. La previsión era de poco viento, así que no desesperamos y emprendimos nuestra marcha a motor. De nuevo me encontré con un mar de un color tan azul que me hipnotizaba. Para los que no estamos tan acostumbrado a este color y transparencia es realmente hipnótico. El agua en el Atlántico es mas tono verdoso y no está tan transparente.
 Realmente iba navegando por El Mar de Alborán que es la zona mas Occidental del Mar Mediterráneo. Otra cosa curiosa de la costa Malagueña es que apenas te separes 2 ó 3 millas de la costa, ya tienes profundidades de 60 a 70 metros mientras que la costa Atlántica, para conseguir esas profundidades te tienes que ir a mínimo 10 a 12 millas de la costa.
En fin, perdí la cuenta de las fotos que hice solamente al agua! Transcurridas un par de horas de marcha sacamos la sombrilla, era totalmente necesaria. Sacamos velas con idea de crear un viento aparente, pero la verdad es que conseguíamos mas bien poco. Mas bien nada.



Nunca he visto nada igual. La calma era total!!. Yo diría mas que total. Varias veces me he visto en calma de cero viento, pero como esto nunca. No solo no había viento si no que el mar estaba totalmente plano, sin ninguna ondulación, como si navegara por encima de un espejo. Impresionante!!! Aquí el dicho de "está el mar como un plato" cobraba todo su significado


 No pude resistir esta belleza. Paré el motor y me tiré al agua de inmediato. Suena cursi pero sufría entonces algo parecido al Síndrome de Stendhal aunque sin tanto efecto secundario. El síndrome de Stendhal se produce cuando la belleza que estamos contemplando nos sobrepasa. Me daba igual la hora que fuese ni el trayecto que nos quedaba por recorrer, aquello para mi era impresionante y para disfrutarlo me tenía que zambullir en el. Con las gafas de bucear veía toda la obra viva perfectamente. Era una gozada.

 Ya para entonces se había levantado algo de bruma que mas tarde se convertiría en niebla. El barco parecía flotar o estar sobre una piscina, confundiéndose a lo lejos en el horizonte el mar con el cielo.









Para entonces estaríamos a mitad de camino entre Marbella y Estepona

Antoñito feliz a bordo sin parar de fumar












 Con las gafas de bucear veía toda la obra viva de maravilla




 ...así continuábamos a motor todo el tiempo, la proa rompiendo el cristal por el que íbamos navegando, las velas no hacían absolutamente nada.
 Con esa calma, se oye los ruidos del mar perfectamente. Si te cruzas con un barco aunque sea a media milla, oyes perfectamente la gente hablando. Tenía la esperanza de ver delfines ya que el estrecho es una zona de avistamiento de delfines y cetáceos muy interesante. Verlos no los vimos nada mas que de lejos, oírlos si. De vez en cuando, en la lejanía oíamos el movimientos de estos mamíferos saliendo del agua y los veíamos a lo lejos, pero no se acercaron ni una sola vez. A decir verdad, al verlos con los prismáticos me parecían calderones en lugar de delfines. Hubiera sido un espectáculo en estas condiciones que hubiéramos tenido la visita de estos maravillosos animales.

 A la altura de Estepona me pensé muy seriamente entrar al puerto. El motivo fue que empezó a venir por la proa una niebla que al principio fue muy suave, pero que poco a poco se fue haciendo mas espesa y la visibilidad se redujo a aproximadamente a una milla. Nunca había navegado con niebla y la verdad es que asusta. Asusta sobre todo oyendo a los mercantes hacer sonar sus bocinas de niebla mar adentro. No estábamos en la ruta directa de los mercantes que cruzan el estrecho, estábamos muy próximos, pero el sonido de la bocinas se oía como si los tuvieras cerca.  Es una situación que no controlas para nada. Subí a cubierta la bocina de niebla y le dije a Antonio que anduviera con mil ojos y las orejas atentas a cualquier ruido de motor que pudiera venir de un pesquero o una embarcación de recreo y allí se colocó el tipo como si fuera un sabueso oteando el horizonte.
 Decidí continuar adelante, y digo decidí por que Antonio como acompañante es un fenómeno, pero como marinero o apoyo de decisiones mas bien cero. Yo pensaba en voz alta y el me miraba de reojo sin quitar la vista de la proa como diciendo ¿...y a mí que me cuentas?, lo que tú hagas bien hecho está. Pensaba yo que la niebla podría ir a mas. Como siguiente puerto de referencia La Duquesa a 6 millas y Sotogrande a otras 6,6 millas mas.






Continuamos a motor y a decir verdad que se comportó como un campeón. A las 13:40h habíamos pasado Sotogrande y nos encontrábamos a la altura de Punta Mala, zona de La Alcaidesa a 6,25 millas de la costa. y a 11,5 millas de Punta Europa.

 Empezaba a despejarse la niebla y a quedarse una ligera bruma que posteriormente desapareció a unas 6 millas de Punta Europa. Ya hacía rato que estaba en el litoral de Cádiz. La verdad es que me hacía ilusión ver Gibraltar desde la cara Este y doblar Punta Europa donde comienza el estrecho de Gibraltar.
 La marcha era muy buena ya que íbamos a motor y encima no tenía resistencia alguna de olas puesto que el mar seguía plano totalmente. Estábamos acercándonos a la cara Este del Peñón de Gibraltar y se veía por todas partes enormes mercantes  fondeado por todas partes esperando turno casi todos ellos matriculados en Majuro, capital del atolón de las islas Marshall en el Pacífico. Deben estar baratas las matriculaciones allí??

Es increíble el tráfico marítimo que hay en la zona.





























A las 15:15h ya teníamos Punta Europa a tiro de piedra. El agua empezaba entonces a rizarse ligeramente




















Punta Europa por Estribor

 De Punta Europa al RCN de Algeciras solo nos quedaba cruzar la Bahía de Algeciras por la entrada en línea recta. Unas 6 millas. Aquí se había levantado ya unos 4 a 5 Kts de viento y las velas ya portaban algo, aunque seguíamos con el motor en marcha y a la Francesa puesto que cruzar la bahía es ir sorteando cantidad de barcos y el motor me daba mas seguridad ante una maniobra evasiva que tuviera que realizar.
 Gibraltar quedaba por la aleta de estribor, Algeciras por la amura, Ceuta y Africa por babor a 14 millas. Tres países y dos continentes en un puñado de agua separados por escasas millas. En medio un paso estrecho que enlaza el Océano Atlántico con el Mar Mediterráneo y que Hércules separó dejando dos columnas a cada lado. El Peñón de Gibraltar al norte y el monte Hacho en Ceuta o el monte Musa en Marruecos y que soporta uno de los mayores tráficos marítimos del mundo.



Petroleros fondeados abasteciéndose de comida mediante servicios naúticos, gasolineras flotantes con barcos abarloados repostando, ferrys van y vienen, patrulleras Inglesas, Guardia Cívil, Aduanas, barcos de recreo y de pesca, un aeropuerto, una inmensa refinería y polo industrial. Todo ello conforman la vida en esta bahía impresionante.
 De noche esto debe ser impresionante la contaminación lumínica en la bahía.



 Era la primera vez que navegaba por esta zona y aunque tenía memorizado en la cabeza donde estaba la entrada a la zona del Náutico de Algeciras, puse en el NAVIONIC la ruta de destino.
 Ya aquí se notaba las corrientes que circulan por esta zona y en esa hora teníamos ya tres cuarto de marea subiendo, sentido al Mediterráneo, con un coeficiente de 73.




El RCNA está en el interior de la Ensenada del Saladillo. La entrada está protegida por dos espigones casi en línea y señalizada con las boyas verdes y rojas que determinan el pasillo de entrada y varias boyas de peligro aislado. Al pasar junto a las boyas y los muelles del puerto de Algeciras es cuando realmente aprecias la corriente que hay. No era preocupante, el motor hacía navegar el barco correctamente. Dentro de la ensenada hay toda una actividad náutica con tres puertos y un varadero. El Real Club Náutico de Algeciras, El Club Náutico El Pargo y El Club Náutico El Saladillo.
 Antes de tomar la primera boya roja por babor llamé por el canal 9 al puerto para que me indicara cual era el atraque que me correspondía. El marinero ya sabía de mi llegada por la reserva que hice, me indicó la situación del atraque y se puso en el punto indicado para indicarme visualmente donde tenía que amarrar y ayudarme en la maniobra.






Eran las 16:00h cuando llegamos al amarre. 7,5 horas de travesía incluido la parada para el baño. Eso da una media de 5Kts.




Antonio dando cuenta de nuestra llegada












 ...otra vez el amarre en pantalán de hormigón con el dichoso cabo sumergido! En esta zona, parece que se reparten puertos con finger a los lados y puertos con amarre con cabo sumergido. Este no tenía finger y la verdad es que fue si cabe mas molesto puesto que aquí si hay diferencias considerables en la altura de mareas. En la llegada no me molestó puesto que faltaba 2 horas para la pleamar y el barco estaba a una altura por encima del pantalán, pero con marea baja si que me resultó algo mas peligroso. Este día en concreto, con coeficiente 76 había mas de un metro entre la pleamar y la bajamar. Es un tema muy importante a la hora de poner los cabos de proa.

 El puerto me decepcionó bastante por varios motivos:
  • Me dieron un atraque en la punta del pantalán totalmente solo, cosa que no entiendo de los puertos. ¿Si hay plazas libres para que darte lo mas lejos?? 
  • Al estar en la punta, recibía el oleaje de todo barco que iba o venía a alguno de los tres puertos.
  • No me dieron tarjeta de apertura del pantalán. Al parecer a los transeúntes no se les da, lo que me obligaba a llamar por teléfono al marinero cada vez que quería entrar o salir con la consiguiente espera en la puerta.
  • No se podía pagar con tarjeta de crédito. Sólo efectivo.
  • Al volver  días mas tarde me encontré sobrante de cabos en el agua, lo que implica poco celo de los marineros en trabajos de vigilancia.
...pero bueno. Llegamos que es lo importante. Recogimos todo los pertrechos y pusimos orden haciendo recuento de gasolina para la próxima salida, le pegamos un buen manguerazo al barco, revisar cien veces los cabos de amarre y nos fuimos a ducharnos y tomar una buena cerveza fría al club, ambos con el andar bamboleante que te queda cuando has estado muchas horas navegando. Una especie de andar vacilante que pareces que aún estás abordo.
"...en el andar se sabe que es marino" RAB















 Aquí finalizó la segunda etapa. Una etapa en cierto modo extraña por la ausencia total de viento, pero bueno, fue distinta. Una costa nueva, puertos nuevos y en definitiva una experiencia mas.

 Antonio tenía allí su coche y cogió camino para Sevilla. Antes me dejó en la estación de autobuses donde cogí el primer autobús para Marbella a recoger el mío. En el autobús hice repaso mental de todo el trayecto recordando lo vivido en el día. La autopista de vuelta va cercana a la costa y el mar se aparece con frecuencia. A cada vistazo al mar decía. "por ahí he pasado yo y que chico se me vería desde aquí" Llegué a La Bajadilla y me despedí de los amigos de allí.


 El próximo relato será la 3ª etapa, Algeciras-Barbate de 34 millas. Cruce del estrecho con su poquito de aventura!!




martes, 27 de febrero de 2018

Traslado del Mar de Alborán hasta Rota 160 millas

 Tal como comenté anteriormente, el barco lo compré en La Caleta de Vélez, en Málaga y tenía que trasladarlo hasta Rota en Cádiz. 160 millas
 Decidí hacerlo por mar para ir familiarizándome con el y  así también evitar el engorro de sacar el barco del agua, quitarle el palo y todos los inconvenientes que eso conlleva. El viaje se me planteaba con varios impedimentos.


  1. No conocía bien el barco. Sólo navegué media hora con el cuando fui a verlo.
  2. Estaba en plena temporada fuerte de trabajo y no tenía cabeza para pensar mucho en esto.
  3. No conocía las aguas de Málaga ni sus puertos, nunca había navegado por ellas. y mucho menos aún el estrecho de Gibraltar. 
  4. No sabía si podía contar con tripulación.
  5. No sabía muy bien como iba a volver luego al puerto donde había dejado el coche.
  6. Algunas otras cosas de menor importancia.
...no soy de pensarme mucho las cosas, así que me hice la idea y fui a por el.

 Me hice un cuaderno en el que apunté todos los puertos de la costa y las distancias que hay entre ellos de toda la costa entre La Caleta y Rota. Teléfonos, direcciones, correos...etc




















 Me hubiera gustado hacer el trayecto en días seguidos pero eso era inviable por temas de trabajo.
 Busqué trayectos de 40 millas aproximadamente que en una jornada se recorren bastante bien y otra cosa que me sirvió mucho fue entrar en un grupo de Whatsapp llamado "Cofrades de La Axarquía Málaga" liderado por Benjamín que me ayudaron mucho a conocer las costa de Málaga dándome consejos y sitios a evitar, además de estar pendientes de mi en todo momento.

1º Etapa: 1 de Julio 2017, La Caleta de Vélez-Marina La Bajadilla (Marbella) 49 millas

El día anterior a la salida me cité con Antonio el antiguo propietario. Ultimamos los detalles de última hora, le pagué el barco y arreglamos los papeles. Fui a comprar algo de comida para el día siguiente y preparar el barco para la salida. Benjamín y su mujer vinieron a despedirme y nos fuimos a tomar un café.
 Eran días de fiesta en el pueblo. Aparcar el coche era imposible, estaba mas pendiente de buscar un aparcamiento correcto para dejar allí el coche que de los preparativos naúticos, y eso me pasaría factura tal como se verá mas adelante.

 El barco lo compré con dos motores fueraborda. Uno eléctrico TORQUEEDO y otro de gasolina, un HONDA 8cv 4t. Antonio me preguntó que motor deseaba tener instalado en el espejo de popa, le indiqué que el de gasolina. Yo el motor no lo había probado, sólo la tarde anterior antes de la partida, pero Antonio me aseguró que estaba en perfectas condiciones y pasadas sus revisiones de mantenimiento.

 Este trayecto lo iba a hacer en solitario, el primero y sin conocer el barco ni el motor, casi nada. Ya se que es del todo una imprudencia, pero no tenía mas remedio por lo que antes comenté y por que había que dejar el atraque libre si o si. Antonio me miró con ojos como platos sorprendido de mi arrojo y me deseó toda la suerte del mundo, a lo que yo enseguida le pregunté: "Antonio, ya te he pagado el barco, el barco ya es mío y sin vuelta atrás. Por favor, si algo sabes que pueda dar una sorpresa en el camino, ya sea motor, casco o velas, por favor dímelo antes" Me contestó con toda rotundidad que no.






Un plato de Rosada frita en el Restaurante del Puerto para cenar y a dormir. Por la mañana había que salir temprano, por delante tenía 49 millas.









La fiesta duró hasta la madrugada. Entre esto y los nervios por salir, no me dormí hasta tarde






 A la mañana siguiente me desperté temprano e hice el ritual que hago siempre en mis travesías. Un tipo de superstición náutica que choca con lo normal en un marinero. Ducha, afeitado, perfumado, peinado y maqueado como si fuera a buscar a la novia...no se?, eso me da seguridad.

 Arranco el motor a la primera, últimos preparativos y a huir!





Amanece en La Caleta









 Salgo por la calle y me encuentro con el 
RESACA DOS, el barco de un amigo que recien-
temente había vendido








Saliendo por la bocana sobre las 08:30h, dejo el puerto pesquero por babor y estribor. Increíble la luz y los colores de Málaga





Poco a poco se me iban soltando los nervios de la salida. La ruta establecida en el NAVIONICS rumbo a Marina La Bajadilla en Marbella. Salí del puerto y me encontré con un mar azul y en calma a primera hora de la mañana. Una preciosidad.

 Adiós a la Caleta...


 Pasados unos 45 minutos, de pronto y sin venir a cuento el motor se paró. Dios de mi vida!! ¿Y ahora qué? Esta situación compromete toda la travesía, me quedaban muchas millas por delante y encima ahora no hacía viento.
 Trato de arrancarlo y nada, no hay manera. Llamo a Antonio para consultarle pero el hombre naturalmente me dio los consejos lógicos...mira la manguera, el hombre al agua...etc. Nada! De pronto en uno de los intentos, el motor arrancó y desde aquello, el motor no volvió a fallar en todo el camino ni en todo el tiempo que tengo el barco. ¿Qué fue lo que pasó...? Pues ni idea ¿Suciedad en la gasolina, aire, el respiradero del depósito cerrado...? No lo se.


 Sigo mi marcha tan campante disfrutando de la mañana y haciendo repaso de todas las cosas que quiero hacerle al barco en el futuro, mejoras, cambios...etc.
 El piloto automático funciona a la perfección, así que me entretengo en improvisar una red en los candeleros de proa. El Génova es de garruchos y para evitar que se me caiga por la borda prefiero colocar una driza a modo de rejilla.
















  Sigo feliz disfrutando ese imponente mar azul cuando al cabo de un buen rato, la segunda sorpresa. Dije anteriormente que el estar pendiente del coche me pasaría factura, pues así es. Veo con horror que el principal preparativo que hay que tener en cuenta al salir a navegar, se me había olvidado. ¿El qué...? Pues nada mas y nada menos que la gasolina!!! La tarde anterior, con el "ya iré, luego voy, cuando mueva el coche..." se me pasó por completo. Miro horrorizado al depósito de gasolina y veo que le quedan apenas dos dedos.
 Iba navegando a la Francesa por la falta de viento, de modo que eso no me daba para nada. Miro en mi cuaderno de apuntes y veo que el puerto mas cercano es el del Candado que en ese momento estaría como a unas seis millas. Llamo por teléfono para ver si disponen de gasolinera pero no hay manera de que me cojan el teléfono. Por el canal 9 UHF tampoco me responden. Llamé entonces a Benjamín que el hombre se me ofreció para todo lo que necesitara para preguntarle si había gasolinera el El Candado. Me dice que sí pero que a veces no está disponible y que el calado para entrar en El Candado es justito!. De hecho, Fernando me confirmó que hacía días estaba cerrado por falta de calado. Ni corto ni perezoso, Benjamín me dice: "...ahora mismo cojo el Clarín y te llevo gasolina" El Clarín es su barco, una LEMA Force. Ya estaba bastante lejos y mientras el compraba gasolina, mas lejos aún iba a estar. Acordamos que si no encontraba solución optaríamos por esa opción. Finalmente conseguí comunicar por el canal 9 con el marinero y me confirmó que la gasolinera estaba abierta pero que el calado de entrada rondaba los escasos 2 metros. Mar de Alborán cala 1,38m, conque ya os podéis imaginar el susto para entrar.

 Pues nada, rumbo a El Candado. Un puerto pequeñito muy coqueto. Llegué a la bocana, el fondo se transparentaba como un cristal, pensaba que en cualquier momento rozaba en el fondo. Me amarré al pantalán de espera donde estaba el surtidor ayudado por el marinero, saqué todas los bidones que llevaba para llenarlos. El surtidor era de tarjeta, no admitía efectivo y no se por qué mi tarjeta no funcionaba. Finalmente lo conseguí ante la impaciencia de varios barcos que querían ocupar mi puesto para repostar. Mismo susto para salir, afortunadamente no hubo incidentes. El marinero muy amable en todo momento, incluso me ofreció la posibilidad si así lo deseaba de usar las instalaciones del puerto para sacar el barco o lo que quisiera. Le di las gracias y le indiqué que iba para Rota. Me miró desconfiado cosa me dio mal rollo.





Tracé de nuevo la ruta a La Bajadilla y saqué velas. Se había puesto un viento maravilloso que me entraba por la aleta de babor y marchaba feliz a unos 5 nudos.

También tuve que improvisar una sombrilla por que el sol daba fuerte. 

Aproveché el momento para comer algo.









Así fueron pasando las millas. Málaga, La Térmica.
 A las 13:45h estaba frente al puerto de Málaga.
Torremolinos y Benalmádena. Benalmádena era una primera opción dependiendo de como fuera el trayecto ya que en Fuenguirola no había atraques disponibles, de hecho había reservado atraque allí por si acaso.







 A las 15:20h estaba entre Torremolinos y Benalmádena a 1,6 millas de la costa.


Al pasar a la altura de Benalmádena iba muy bien de tiempo pero el viento empezó a caer, decidí continuar, así que llamé para eliminar la reserva y seguir adelante. Pasado Benalmádena empezó a subir el viento.








Faro de Calaburras





 Pasado Fuengirola, mas adelante doblé La Punta de Calaburras, Mijas.








Iba disfrutando de lo lindo y con el apoyo y los consejos constantes de mis amigos a través del Whatsapp, tanto los de La Axarquía como los de Pequeñas Esloras de la Bahía de Cádiz a los que dediqué esta foto.










A las 18:10h, había pasado la Punta de la Torre Nueva. A unas 10,5 millas de La Bajadilla










 Continuaba en popa y cambiando la sombrilla. El sol pegaba de lo lindo.




 Próximo puerto anotado Cabopino al que Carlos IKOTA me recomendó ni acercarme. Al parecer no tiene calado ni para una piragua, así que descartado. A decir verdad lo tenía como emergencia por que mi destino rea ya La Bajadilla. Hubiera preferido el Puerto Deportivo de Marbella que estaba a poco mas de una milla ya que era mas barato, pero no disponían de plazas libres.
 Para entonces ya hacía rato que el viento lo tenía de popa y con media intensidad. Con todo y con eso, puse el motor en marcha a bajas revoluciones para estabilizar mas la marcha y acelerar un poco. Quería llegar con tiempo ya que no conocía el puerto ni las instalaciones. No me apetecía llegar sin luz.







Ya a la altura de Cabopino se divisaba Marbella.






  

La costa era un continuo paisaje de edificios y urbanizaciones.





Torre del Cable
Desde Cabopino hasta Marbella, NAVIONICS indica que hay que dar bastante resguardo para evitar obstáculos cono La Torre del Cable, algunos bajos y granjas de peces. Carlos, buen conocedor de la zona, me indicó una ruta mas directa basada en puntos de la costa y veriles y así ahorrar tiempo y distancia. Esto es lo que me indicó "Una vez pasado Cabopino, puedes apurar hasta el veril de los 7/10 metros sin riesgo alguno. Puedes pasar con toda tranquilidad entre la piscifactoría y la torre". cuando pases a la altura de la bocana se reduce el calado a 3 ó 4 metro según el rumbo que llevas, no apures mucho mas". Pepe me lo confirmo ya que el hacía buceo en la zona.

 Con un equipo así de interesado en todo momento por mí se va muy confiado por zonas que uno desconoce. Bromeábamos diciendo que yo parecía Fernando Alonso y ellos el equipo de mecánicos hablándome por radio.

 La llegada a Marina La Bajadilla fue en popa cerrada y como siempre que llevas esta dirección, no eres muy consciente del la intensidad del viento que hace ni apenas del oleaje. Ponerme proa al viento, que ya a esa hora había subido bastante para bajar vela fue un poco dificultoso.  Principalmente por que nunca lo había hecho en este barco, era la primera vez y además llevaba génova con garruchos, lo que me obligaba a ir a proa para bajarla. Posteriormente caí en ponerle una cargadera y así hacer mas fácil la bajada en solitario, pero vaya, se sorteó sin mayor problema.
 La entrada no es complicada y está bien señalizada, pero un velero estaba entrando antes que yo y me limité a seguir su estela. Avisé por radio y un marinero me estaba esperando para mostrarme el atraque asignado. Me equivoqué de calle y tuve que volver hacia atrás impresionado por los aspavientos y griterío que me hacía el marinero con las manos. Pareciera que se hubiera fumado algo o que yo me dirigiera a alguna zona prohibida o llena de minas...?
 Lo que pasa en estas fechas. No hay atraques disponibles para mi eslora, por lo tanto me tienen que colocar en atraques de 10 metros, el F19 y pagar como tal, en eso la APPA no tiene compasión ninguna. 19,40 € diarios posiblemente con un descuento que luego se convirtió en una miseria.

 Siguiente episodio trágico-cómico; El amarre.

 Yo nunca había navegado por el Mediterráneo y menos aún atracado en sus puertos. A diferencia del Atlántico, allí no hay mareas o son casi despreciables, por tanto, los amarres son distintos. Los pantalanes son fijos de hormigón y no hay fingers a babor o estribor. Se amarra de proa o de popa, bastante separado del pantalán, y coger una especie de cabo asqueroso lleno de fango que está anclado al fondo del puerto y que te deja el barco hecho un Cristo de suciedad que suelta aquello. El que está acostumbrado lo hace con mas o menos soltura pero para mi que aquello fue lo mas divertido que pasó en el puerto ese día. Menos mal que conté con la generosidad del marinero y los patrones de los barcos vecinos que no se muy bien si fue por ayudar o por evitar un porrazo con sus barcos vista mi ignorancia en materia de amarre Mediterraneo. En fin, aquello quedó amarrado y de fango hasta la punta del palo.
 El segundo acto del amarre es mas bien un acto de fé y de encomendarte a todo en lo que creas. Yo atraqué de proa. Para saltar al pantalán, primero hay que acercar el barco tirando de las amarras de proa mientras estás agarrado al stay y con los dos pies en la regala por fuera del balcón de proa. Todo esto contando con que el cabo fangoso amarrado en la cornamusa de popa te está tirando del barco en sentido contrario, por lo que cuando la proa se acerca al pantalán, aquello es como un muelle, sólo tienes una oportunidad, hay que dar un salto rezando por acertar a la primera y no dejarte la dentadura por el camino. Esto se dificulta aún mas cuando llevas bolsas o enseres para meter a bordo. Vaya, que te la tienes que jugar!!!















 A las 20:45 ya había realizado todo el papeleo con el marinero y había charlado con varios vecinos que vinieron a conocerme. En especial Pablo, Argentino, un tipo generoso que se brindó en todo momento para cualquier ayuda. Cambió su casa y se fue a vivir al barco junto con su novia, algunos Argentinos siguieron sus pasos igualmente.
 También a Pepe y Mª José. Un matrimonio jubilado con un velero dos plazas a babor de donde yo estaba que vinieron a presentarse, interesarse por mi y me invitaron a que los acompañara a cenar con ellos. Compartimos charla y luego un buen paseo andando hasta Puerto Banús.

 Finalmente, al día siguiente Domingo tenía que buscar un transporte para volver a La Caleta a por el coche. Benjamín se ofreció nuevamente  a venir por mí, pero no era plan de hacerle recorrer tantos kilómetros un Domingo, de modo que opté por una solución barata. Mi amigo Tonino me había hablado de la aplicación BlaBlaCar. Me la descargué en el teléfono y me recogió una pareja joven que resultaron ser Rusos y que iban a hacer buceo a Nerja. Fueron muy generosos y me acercaron hasta el mismo puerto de La Caleta, lo que los desvió de su camino al menos 6 km. Tuvinos una charla muy interesante sobre sus trabajos y su peripecia para venir a España. Gente trabajadora!

 En fin, todo salió bien. Fueron 49 millas muy divertidas. En la próxima entrada al blog vendrá la segunda etapa: Marina La Bajadilla-Algeciras, 38 millas.